Es importante saber que los materiales sintéticos utilizados en colchones, almohadas y edredones son una enorme fuente de contaminación y que estar en contacto con ellos no es inocuo...
Los colchones de espuma sintética son contaminantes
Los materiales petroquímicos liberan ftalatos, isocianatos y COV (compuestos orgánicos volátiles) que se inhalan durante el sueño y son tóxicos para la salud.
Ya sean nuevos o usados, los colchones sintéticos liberan sustancias peligrosas; los nuevos liberan más COV, mientras que los viejos contienen ftalatos, un material prohibido en la mayoría de los artículos infantiles.
En cuanto a los tratamientos químicos aplicados a los colchones, recientemente se ha demostrado que los tratamientos ignífugos que supuestamente actúan como retardantes de llama no sólo son tóxicos, ¡sino también ineficaces! A algunos bomberos les gustaría que se prohibieran estos tratamientos ignífugos, cuyas moléculas liberan más humo y monóxido de carbono, con un mayor riesgo de intoxicación y una propagación más rápida de las llamas.
Contaminación causada por colchones viejos
Hoy en día, los colchones sintéticos no pueden reciclarse, por lo que son una enorme fuente de contaminación. En Francia se tiran cada año 5 millones de colchones y somieres, lo que representa unas 110.000 toneladas de residuos
Elegir un colchón natural
Elegir un colchón natural significa optar por materiales más sanos y respetuosos con el medio ambiente. Por desgracia, su coste es más elevado. Si se compara un colchón sintético y un colchón de látex natural, el colchón de látex es el claro vencedor.
Es importante saber que los materiales naturales tienen propiedades naturales hipoalergénicas y antiácaros, lo que es muy adecuado para personas frágiles, alérgicas y bebés.
Por último, ¡los colchones naturales son reciclables! Los componentes del colchón pueden reciclarse independientemente unos de otros para lograr un ambicioso objetivo: ¡cero residuos!
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