El frío ha llegado, las noches son cada vez más frías y cada noche meterse en una cama cómoda y bajo un cálido edredón se convierte en un auténtico placer. Pero, ¿qué pasa con los más pequeños?
¿Cómo se debe tapar al bebé mientras duerme?
En primer lugar, debes saber algo muy importante: el bebé tiene más miedo al calor que al frío. En efecto, mientras que una temperatura ligeramente baja no perturba el sueño del bebé, la hipertermia puede ser peligrosa. Para comprobar que tu bebé no tiene demasiado calor, simplemente tócale, su cuerpo debe estar caliente pero sus manos deben permanecer frías, si están rojas y calientes, tu hijo está demasiado tapado o la temperatura de la habitación es demasiado alta.
Para dormir mejor, viste a tu bebé con un body de manga larga y ropa de dormir y mételo en un saco de dormir sin mangas. La temperatura de la habitación debe fijarse en 18°.
Asegúrate de ventilar la habitación todos los días, aunque haga mucho frío Esto es importante para renovar el aire, evacuar el CO2 que liberamos al dormir y expulsar las bacterias.
A menos que el bebé esté enfermo, no es necesario utilizar una bolsa de agua caliente o una manta eléctrica, ¡demasiado calor, demasiado peligroso y nada ecológico!
El saco de dormir, lo esencial para que el bebé duerma seguro
Antes de los 18 meses, se desaconseja encarecidamente el uso de edredón para evitar cualquier riesgo de asfixia, ya que el niño podría encontrarse enterrado bajo el edredón sin poder destaparse. El uso de una almohada también está contraindicado para los niños pequeños, que deben dormir en posición horizontal.
Para la época más fría del año, elige un saco de dormir de invierno con un TOG de 2,5 (adecuado para habitaciones con una temperatura entre 16° y 18°). Permite cubrir el cuerpo del bebé dejándole libertad de movimientos y garantizando la máxima seguridad. Son preferibles los sacos de dormir sin mangas, ya que son más cómodos y permiten regular mejor la temperatura del niño durante el sueño. Con este tipo de saco de dormir, el bebé puede chuparse el dedo y volver a dormirse sin que tengas que intervenir
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