A los adultos, un sueño de calidad les permite empezar el día con toda la energía.
Para los niños, dormir bien facilita el desarrollo y el aprendizaje. Un sueño insuficiente o de mala calidad puede ser catastrófico para la salud física y mental y el desarrollo de los niños.
¿Cómo sé si mi hijo ha dormido bien?
Para saber si tu hijo ha dormido bien, hay signos fáciles de observar:
- Tiene dificultades para levantarse por la mañana
- Está de mal humor, irritable, incluso agresivo y llora con facilidad
- Pierde interés por todo y le cuesta concentrarse
- Se pone enfermo a menudo
- Pueden comer menos o ganar peso
Los beneficios de dormir bien para los niños
Asegurándose de que su hijo duerme bien, puede ayudar a
- Reforzar su aprendizaje
- Gestionar mejor sus emociones
- Mejorar la concentración a lo largo del día
- Mejorar el desarrollo físico
- Reforzar sus defensas inmunitarias
Mientras el niño duerme, su cerebro trabaja, y es durante este periodo cuando se memoriza todo lo aprendido durante el día. Es también durante el sueño cuando las neuronas se conectan para controlar mejor sus emociones y mejorar la precisión de sus gestos.
Por último, es durante el sueño cuando se refuerza el sistema inmunitario y se liberan las hormonas que permiten el crecimiento de los niños.
Por otro lado, la falta de sueño aumenta el nivel de cortisol, una hormona que actúa tanto sobre el estrés como sobre el aumento de peso. Algunos estudios han demostrado una estrecha relación entre la falta de sueño (menos de 9 horas por noche) y el exceso de peso.
Dormir mejor con materiales naturales
Para que tu hijo duerma mejor, empieza por invertir en un colchón de calidad, preferiblemente natural, sin ningún tratamiento químico para evitar los gases durante el sueño. Elige un edredón y una almohada fabricados con materiales naturales y garantizados sin tratamientos químicos, y ofrece a tu hijo un bonito juego de sábanas de algodón ecológico, más suave y respetuoso con las pieles sensibles. No olvides el ritual de acostarse, que incluye tiempo de silencio, lectura y abrazos. Si es necesario, difunda aceite esencial de lavanda en el dormitorio para calmar y facilitar el sueño.
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