Para dormir bien es importante que el dormitorio sea un espacio dedicado al sueño, una habitación ordenada, una decoración minimalista y una temperatura máxima de 18° ¡son las reglas básicas para garantizar un sueño perfecto!
Cree un espacio dedicado al sueño
Dependiendo del tamaño de tu casa, es más o menos fácil crear un espacio despejado en tu dormitorio, sobre todo cuando tienes que integrar la cama del bebé en tu espacio o cuando el dormitorio también se utiliza como despacho en caso de que trabajes desde casa... Pero sigue siendo importante respetar ciertas normas para garantizar un sueño reparador.
Despeja la habitación y crea un ambiente puro, sin cachivaches decorativos, sin espejos y, sobre todo, ¡sin desorden! Guarda tu ropa en un armario o en una cómoda para que nada agobie tu espacio ni tu mente!
Si tienes que utilizar tu dormitorio como espacio de trabajo, asegúrate de guardarlo todo al final del día para devolver a la habitación su función principal: una habitación para dormir.
Evidentemente, retira el ordenador y la televisión...
¡Cuidado con la temperatura!
La temperatura ideal para dormir bien es de 18°, por lo que no es necesario calentar la habitación por encima de esta temperatura, ya que podría ser perjudicial para la calidad del sueño. Equípate con un edredón cálido y confortable y un bonito juego de sábanas de materiales naturales: ¡noches tranquilas garantizadas!
¿Sabías que una temperatura demasiado alta en el dormitorio suele ser la causa de migrañas por la mañana y de una sensación de niebla en la mente?
En verano, duerme con la ventana abierta y las persianas cerradas si es posible para evitar que la temperatura suba demasiado durante la noche.
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