No hay nada más agradable que tumbarse en una cama limpia con sábanas bonitas. La ropa de cama manchada o arrugada puede afectar a la calidad del sueño. Pero hay sustancias ocultas que pueden causar daños mucho más graves a su salud: las sustancias químicas de algunos colchones y ropa de cama sintética.
¿Qué sustancias químicas contiene nuestra ropa de cama?
Muchos productos químicos están presentes en nuestros colchones, edredones, almohadas y ropa de cama. Se supone que nos facilitan la vida y nos mantienen sanos, pero son peligrosos si pasamos 8 horas al día en contacto con ellos...
Las sustancias más peligrosas de la ropa de cama son los fungicidas e insecticidas, que se añaden para evitar la aparición de moho en contacto con la humedad y la proliferación de ácaros y bacterias (que adoran el ambiente cálido y húmedo del interior de los colchones).
El formaldehído se utiliza en algunos tejidos para mantener su forma y evitar que se arruguen.
El cromo y los retardantes de llama bromados, los compuestos perfluorados y el triclosán están presentes en la mayoría de los colchones de espuma y muelles. Pero eso no es todo, también están presentes en algunos edredones y almohadas, ya que estos productos químicos se utilizan para combatir los ácaros del polvo, las bacterias, los olores, las manchas...
Todos estos productos químicos no son inocuos para la salud humana, contienen sustancias neurotóxicas y cancerígenas. También contienen sustancias mutágenas (que pueden provocar mutaciones genéticas) y disruptores endocrinos (que afectan al crecimiento, el desarrollo hormonal y la fertilidad de los niños). Todas estas sustancias juntas pueden, a largo plazo, enfermarnos, provocar problemas respiratorios y trastornos del sueño.
El uso de una sábana limita el paso de sustancias al cuerpo humano. Elige un cubrecolchón transpirable de poliuretano y no de PVC (que contiene ftalatos).
Elige un colchón y ropa de cama de materiales naturales
Si muchos colchones contienen muchas sustancias nocivas, lo mismo ocurre, por desgracia, con la ropa de cama sintética. En primer lugar, es importante recordar que el poliéster se fabrica a partir del petróleo. Cuando el poliéster entra en contacto con nuestra piel, puede provocar irritaciones, alergias y sudoración excesiva. Los textiles de poliéster también pueden tener graves consecuencias para la fertilidad de hombres y mujeres.
El poliéster es más difícil de teñir que los tejidos naturales, por lo que requiere el uso de colorantes dispersos, sosa cáustica e hidrosulfito sódico, una sustancia que se vuelve muy tóxica cuando entra en contacto con el agua. El teñido de textiles sintéticos consume mucha energía, ya que se realiza a altas temperaturas y los humos son muy tóxicos para las personas y el medio ambiente.
Esta ropa de cama tratada químicamente permanecerá en contacto directo con nuestra piel mientras durmamos. Además, el calor y la transpiración acelerarán el proceso de migración de las micropartículas tóxicas a la piel.
Para garantizar un sueño más sano, el paso principal es elegir un colchón natural, un colchón compuesto de fibras naturales cuidadosamente seleccionadas para ofrecer una perfecta circulación del aire, una buena evacuación de la humedad con el fin de limitar de forma natural la proliferación de bacterias y ácaros del polvo.
A la hora de elegir un colchón, es importante leer atentamente la composición y, aunque no aparezca la lista de sustancias nocivas, es importante comprobar que el colchón no ha sido sometido a ningún tratamiento químico: ni tratamiento insecticida, ni antibacteriano, ni antimoho, ni ignífugo.
Lo mismo se aplica a la ropa de cama, elija siempre ropa de cama hecha de materiales naturales y preferiblemente orgánicos. Contienen muchas menos sustancias nocivas que las sábanas de algodón convencionales. También se recomiendan las sábanas de lino y cáñamo. Elige textiles con la etiqueta OEKO-TEX®, que garantiza que no contienen sustancias nocivas para la salud humana.
Por razones de higiene y seguridad, se recomienda comprar un colchón nuevo para la llegada de un recién nacido. Los colchones de segunda mano pueden estar contaminados por ácaros, pulgas y chinches....
En cualquier caso, se recomienda ventilar a diario su dormitorio y el de sus hijos.
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