Algunos padres lo hacen con regularidad, otros sueñan con ello sin dar nunca el paso, otros lo consideran inconcebible... ¡Irse de vacaciones sin los hijos puede ser a veces beneficioso para todos!
Irse de vacaciones sin los hijos te permite descansar, porque aunque ames a tus hijos por encima de todo, hay que reconocer que ser buena madre, buena cocinera, buena ama de casa y buena esposa al mismo tiempo es un poco agotador... Así que tomarte unos días de descanso sola o en pareja te permite regenerarte y volver en plena forma. Porque no hay que olvidar que para ser una "supermadre", hay que estar sobre todo feliz y descansada.
Pero para irse con tranquilidad, es imprescindible confiar a sus hijos a alguien de confianza: abuelos, tíos o incluso muy buenos amigos. Lo ideal para los niños pequeños es no cambiar demasiado sus hábitos para no alterar su ritmo.
Para preparar la separación, hay que tomar ciertas precauciones para que todos puedan estar serenos:
Habla con tu hijo de estas futuras vacaciones, aunque sea muy pequeño, es capaz de entender. Los padres suelen sentirse culpables por dejar a sus hijos y evitan hablar de ello con antelación. Al contrario, hablar de ello y desterrar el "se lo diremos en el último momento, si no se preocupará...".
Prepara una lista de hábitos de tu hijo para las personas que lo cuidan, de modo que pueda mantener un cierto ritual que lo tranquilice, sobre todo a la hora de acostarse para asegurar un buen sueño: un baño, un cuento, un abrazo y ¡a dormir!
Acuérdate de dejar la cartilla sanitaria, eventualmente la lista de medicamentos que hay que administrar y todos los números de teléfono a los que hay que llamar en caso de emergencia. No te imagines lo peor, ¡pero siempre que lo has planeado todo no pasa nada!
No hay que olvidar el peluche, ese famoso objeto "de transición" que ayuda a llenar el vacío de los padres.
No te sientas culpable, es normal que necesites descansar, estar en pareja y no por irte una semana sin niños eres una mala madre. Un último consejo si el sentimiento de culpa es muy fuerte: ¡lleva a tus hijos contigo!
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